Hoy volví a donde te dejé, donde tu espíritu se fundió en el mío, en ése llano que solo huele a quebranto anantes no apesta a muerte.
Hoy volví a pensar en cómo te había fallado, inútil y sobrevalorada analítica, que sin importarle a nadie me ajolota.
Hoy volví a darme cuenta que somos todo sin ser nada, a vivir sin entender, sin darme cuenta que al final la intención en ti yace tilinte, nunca más enferma.
Hoy volví a respirar melancolía como tanto tiempo atrás no hacía, como si la jarana fuera reclamada sin ninguna reserva.
Hoy volví a saber lo que hace tanto sabía, a sentir lo que hace tanto sentía, a sudar una paciencia que como tu amor es entelequia.