4.26.2012

arenga intempestiva

¡Qué imbécil es aquél que habla de felicidad como algo asequible! Como la lluvia escasa que cae y no termina de menguar el fuego que devora un bosque, como una ráfaga de viento que pega en nuestras caras haciéndonos pensar que podemos volar, como la inocencia de un niño que no distingue lo positivo de lo negativo. 

Mas no es cuestión de evaluar su condición, sino cuestión de evaluar su definición...pobre, insulsa, tendenciosa y superflua.

¡Qué imbécil es aquél que piensa que la felicidad es la meta ulterior de la condición humana!

4.16.2012

breve soplo de la razón

Los antebrazos recargados sobre la mesa, el menton sobre los dorsales de las manos, un limpio suspiro corre de mi labios hacia la pared clara. Nada mas de pensarlo me siento ahora tan ajeno a aquél momento (no lo minimizo ni lo echo al vacío del imperfecto olvido [imperfecto porque no podemos dejarlo atras, siendo una cualidad suya, le destruye lo inmaculado] porque ya habia volado al caudal de la resignación).

 Ese momento donde se inicia o se termina, del miedo y/o pavor que nos atormenta antes y de la satisfacción y/o hartazgo que nos esclaviza después, ése es el que mas ansía la fortaleza y el que mas repudia la debilidad.