Tú dices que si, yo digo que no, ellos dicen lo contrario...¿¡A quién demonios le hará caso!?
12.27.2009
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El alivio de una asfixia generalmente venida de una insaciable necesidad de insuperable comunicación, condicionada por una falta de expresión, encuentra su reposo en el lenguaje que se aprende desde la cuna, pero hay otras dolencias que no se curan mas que explicándose en palabras que no son ajenas.
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