Claro que se ha dicho que hay que desconfiar, pero mas que haberlo escuchado, lo he aprendido a fuerza de confiar y ser traicionado...eso no impide el hecho de que vuelva a encomendarme a la misma veneración a ese espíritu.
Por supuesto que no necesariamente yo, sino el idéntico éter que impregna ese aroma de su particular esencia.
Por supuesto que no necesariamente yo, sino el idéntico éter que impregna ese aroma de su particular esencia.
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