Se ha cumplido un año ya de mi vuelta, no hay nuevas apreciaciones de una misma discusión, no hay mas protocolarios agradecimientos, no hay mas luz en ésa misma ventana que me vió partir en la madrugada.
Quedan el gusto por la desfachatez, los malos vinos y mejores amigos, las comidas a medianoche del refrigerador, las mismas melodias que pululan errantes en la misma casa, las invitaciones a pecar en cada día de guardar.
Lo único que nunca se va, ni se irá, son las ansias de volar...
Quedan el gusto por la desfachatez, los malos vinos y mejores amigos, las comidas a medianoche del refrigerador, las mismas melodias que pululan errantes en la misma casa, las invitaciones a pecar en cada día de guardar.
Lo único que nunca se va, ni se irá, son las ansias de volar...
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